El estrés puede definirse como todo aquello que rompe nuestro equilibrio, ya sea mental o físico. La respuesta al estrés es por tanto el intento de nuestro cuerpo para restablecer dicho equilibrio mediante la activación de unas hormonas y la inhibición de otras.
Al margen del agente estresante -una herida, hambre, exceso de calor o frío o el mismo estrés psicológico- activamos siempre la misma respuesta de estrés porque el sistema nervioso no discrimina quién lo produjo, sólo tratará de hallar su propio equilibrio.
Cuando se produce estrés se moviliza rápidamente la energía desde los sitios en que se halla almacenada y evita que se siga almacenando. La glucosa y las proteínas saldrá a raudales de las células, hígado o músculos para se llevados allí dónde la economía celular la precise con urgencia. La rapidez conque esto debe hacerse requiere de un gran flujo sanguíneo,
aumentando el ritmo cardíaco, respiratorio y la presión sanguínea.
Otra consecuencia de la respuesta al estrés es la paralización de todos los demás sistemas que trabajan a largo plazo y que suponen un mayor gasto. Así ante situaciones de estrés
se paraliza la digestión, se inhibe el crecimiento de los huesos (en los niños puede producirse enanismo), de el pelo y todos los procesos de renovación.
Del mismo modo se reduce la actividad reproductiva, la libido, se produce menos ovulación, la calidad del esperma disminuye en cantidad y calidad.
Una de las glándulas que más se ven afectadas es la tiroides puesto que sus hormonas regulan el crecimiento y funcionalidad de otros sistemas.
Al mismo tiempo se inhibe la inmunidad, en caso de dolor físico extremo cuando el dolor dura lo suficiente, la percepción del dolor se embota, es una analgesia adaptativa de lucha o huida.
Por último el estrés modifica las habilidades cognitiva útiles para estados de emergencias y se agudizan los sentidos, como cuando de repente nos asustamos e huimos de algún ruido estridente.
¿Pero qué pasa cuando el estrés es constante?
Es raro que cualquiera de las hormonas cruciales (adrenalina y noradrenalina) se agoten ante un agente estresante por muy prolongado que sea. El hecho de gastar tanto y estar siempre en estado de alerta, hace que el resto de la economía del organismo se derrumbe, haciéndose nociva la respuesta al estrés sobre todo si el estrés es psicológico, como sucede en el 90% o más de las veces.
Todo tiene su precio...si se pone en marcha de forma continua todas las reservas del organismo, la despensa de glucosa y proteínas terminarían agotándose, la persona se cansa con rapidez y aumenta el riesgo de sufrir
diabetes e hipertensión, úlcera, inmunodepresión, reglas irregulares, síndrome premenstrual, pérdida de memoria, además de todos los mencionados anteriormente, y muchos más como la
depresión, el envejecimiento prematuro, abortos, obesidad y cáncer.
El esfuerzo del organismo para recuperar su equilibrio acaba agotándolo.
¿Qué hacemos con Reflexología?
La Reflexología es una terapia magnífica para mantener el cuerpo en el adecuado equilibrio, es reparadora, no tiene contraindicaciones, no introduce ningún fármaco, por el contrario estimula al propio organismo a fabricar todo aquello que necesita para autosanarse, actúa sobre el conjunto de todos los sistemas: hormonal, nervioso y osteoarticular.
Manejamos un conjunto de técnicas específicas para determinadas situaciones:
Enfermedades del sistema osteoarticular: codo de tenista, artritis, dolores de espalda, bursitis, etc
Embarazo: náuseas, vómitos, estreñimiento, fatiga, ansiedad, dolores, pérdida de sueño, hemorroides, edemas, etc.
Estrés: Síndrome Pre Menstrual, ansiedad, estrés, dolores de cabeza, regulación hormonal, etc.
Fuente:
Tratado de Fisiología Médica I y II. Guyton. A.C
¿Por qué las cebras no tienen úlceras? Guía del estrés. Sapolsky. R.M
Curso de Reflexología y Dolor y Reflexología en el Embarazo. Kruchik.M